
Josep Fontana es un historiador heredero de una tradición que viene de Pierre Vilar y Vicens Vives. En su magisterio han buscado complicidades y refugio grupos y propuestas ajenos al poder oficial. Sin embargo, en sus reflexiones se pueden buscar explicaciones, no dogmas. Historiadores como él hacen que la historia sea, efectivamente, maestra.
Colaborador frecuente en el A vivir que son dos días que dirige Javier del Pino, con la contribución siempre formidable de José Martí Gomez, a Josep Fontana se le debe seguir por sus libros o sus intervenciones públicas. Quizás, sobre todo, Por el bien del imperio. Una historia del mundo desde 1945, tal vez su obra cumbre y, desde, luego la más voluminosa. En ella aborda sus grandes temas de preocupación: lo ocurrido a partir de la Segunda Guerra Mundial, la creación del estado del bienestar como reacción al fascismo y a los totalitarismos, la guerra fría, la caída de la URSS y la deriva auspiciada por Estados Unidos contra los derechos sociales e incluso contra los principios democráticos.
De todo ello, aunque muy ligera y someramente, habla Josep Fontana en una reciente entrevista publicada por Público. Quizás merezca la pena leerla. Por si acaso, aquí queda.
