Recetas contradictorias para el desarrollo

Las recetas mágicas no existen. Los principios irrefutables, tampoco. Ni siquiera aquellos que avalan actitudes y políticas en favor de la solidaridad o del desarrollo de los países con los más altos índices de pobreza.

Estudios del Centro para el Desarrollo Global afirman que las transferencias de los países ricos a los pobres, en lugar de reducir  las migraciones, las incrementan y provocan la salida de los jóvenes mejor formados. O sea, ingresos a corto plazo para perder la mayor riqueza, la población mejor cualificada, a largo.

La complejidad obliga a revisar los viejos axiomas. El simbólico 0,7% no se puede considerar así ni solidaridad ni donación, apenas una inversión que enriquece al rico y empobrece al pobre. Y sin embargo,  tal vez con nuevos planteamientos, habrá que seguir defendiéndolo.

Artículo anteriorInhabilitados un poquito
Artículo siguienteDiario 2018. Diciembre