“Hacer una ley no es fácil y la prueba es que el BOE está lleno de rectificaciones. Si produce un efecto que no querías, se modifica”. Manuela Carmena respondía así a las preguntas de Natalia Junquera sobre la Ley del sí es sí y sus efectos favorables a hombres antes condenadas por delitos de índole sexual. La exalcaldesa añadió: “Pero aquí ha habido una actitud de soberbia infantil y no se puede tocar”.
Ione Belarra, la actual líder de Podemos se revolvió airada: “Nunca me habría esperado de una persona como Manuela Carmena que estuviera en contra de la ‘ley solo sí es sí’. Es algo que me preocupa”.
Cabía esperar una respuesta de Pablo Iglesias para salir de dudas. No defraudó: «Si la cloaca más repugnante te aplaude, quizá la soberbia es la tuya», escribió con la mirada fija en lo dicho por Carmena. Tergiversación más falta de respeto.
Y entre lo uno y lo otro se desatendió una parte muy importante de lo dicho por la exalcaldesa: “Yo creo que en determinados delitos tiene que haber un espacio de castigo importante para que pueda producirse un cambio de conducta, pero no soy partidaria de penas muy largas. Pero si el objetivo de la ley era endurecer las penas tienes que rectificarlo porque te ha salido mal”.
Manuela Carmena no se manifestó en contra de la reducción de penas prevista por la ley; y menos aún en contra de la ley. Pero matizó que, si adecuar o graduar las penas no era el objetivo de los legisladores, la ley en vigor defrauda sus propias expectativas. Justamente lo contrario de lo que ellos arguyen.
¡Qué paradoja! De la desvergüenza intelectual a la moral. Y no enmendalla.