«Carmina y amén». Paco León, 2014
El humorista, actor y reciente director de cine Paco León vuelve sobre la figura de su madre, Carmina Barrios, que tanta popularidad le proporcionó en Carmina o revienta, quizá sobrevalorada pero desde luego llamativa, tanto por su tema y tratamiento como por las originales formas de lanzamiento que el autor decidió poner en práctica, contraviniendo las normas del poderoso mercado cinematográfico.
En esta segunda ocasión, ha caído de buen grado o por necesidad en las garras de Telecinco Cinema, que sólo le ha permitido la experiencia de preestrenar gratis el film en numerosas ciudades –una forma más de promoción–, a cambio de facilitarle más medios materiales para el rodaje, así como una cobertura publicitaria convencional, presidida, por cierto, por esa desafortunada expresión de «Carmina, única, grande y libre», que preside el tráiler. No todo vale en el terreno del humor, aunque nada esté prohibido tampoco, y desde luego no basta con ponerle a una cotorra el nombre de Bárcenas, preparar una escena tan penosa como la de los ocupas de la peluquería –perdón, salón de estética– de María León, hacer alusión al coste de las tasas universitarias para un inmigrante negro o utilizar a personajes de discapacitados, en la peor tradición de los gangosos de Arévalo, para dotar de dimensión crítica y preocupaciones sociales a una película demasiado anodina y reiterativa, en comparación con la primera.
Porque, mejoras de realización aparte, el esquema argumental de Carmina y amén es muy similar al de su predecesora. Lo que en aquella era el robo de unos jamones que la compañía de seguros se negaba a compensar, ahora es nada menos que la repentina muerte del patriarca de la familia –probablemente el personaje más endeble y tópico de la primera entrega– y su ocultación para no perder la paga extraordinaria que estaba a punto de cobrar. Unas actitudes transgresoras por la vía de la picaresca que, junto a la conocida facundia de la protagonista, sus reacciones agresivas en los momentos de mayor conflicto y la inesperada vuelta de tuerca final de esta segunda parte, constituyen sin duda sus mayores atractivos.
La acción transcurre en un fin de semana, entre el fallecimiento y el entierro, y el hecho de que el cadáver permanezca en el piso mientras entran y salen parientes y vecinas proporciona al argumento un cierto aire a La soga (Rope, 1948) de Hitchcock, solo que en un ínfimo pisito de la Sevilla marginal en vez de en el lujoso ático de una gran ciudad. Pero lo que parece interesar al director es la sucesión de situaciones que bordean constantemente lo inverosímil, incluyendo varios personajes que recuerdan a los más manidos clichés almodovarianos y a otros cineastas ‘de culto’ a los que Paco León empieza a hacer pretenciosas referencias en sus declaraciones, para desconcertarnos al final con la constatación de que Carmina, más allá de su innegable malicia de personaje costumbrista y castizo, y de los demasiado explícitos soliloquios frente al cadáver de su marido, es un personaje con más densidad de lo que su apariencia permitía sospechar.
No es poco, desde luego, pero sabe a poco por lo que hay de repetición de cosas ya vistas. Como no es poco que la precisión en el dibujo de los personajes, al menos los andaluces, supere ampliamente a los del superéxito de Ocho apellidos vascos (2013), sin recurrir a la broma o el escarnio fáciles. O que los medios ahora disponibles hayan hecho posible una secuencia tan brillante como la del entierro, donde una cámara superlenta permite captar los menores detalles, con una ambientación musical adecuada y que se rompe de pronto para dar paso a los siniestros ruidos de los sepultureros y enfrentarnos de golpe con el sorprendente epílogo ya aludido.
Todo parece indicar, empezando por la fórmula litúrgica del título, que con Carmina y amén se cierra un díptico que no va a tener continuación. Y es mejor que sea así, porque Paco León puede llegar a ser un autor muy serio, aun en el terreno de la comedia, si cambia de temas y no se deja arrastrar por los elogios que le prodigan críticos y comentaristas hambrientos de buenas películas españolas que llevarse a la boca.
FICHA TÉCNICA
Dirección y Guion: Paco León. Fotografía: Juan González, en color. Montaje: Ana Álvarez Ossorio. Música: Francisco Martínez. Intérpretes: Carmina Barrios (Carmina), María León (María), Paco Casaus (Antonio León), Yolanda Ramos (Yoli), Manolo Solo (doctor), Estefanía de los Santos (Fany), Teresa Casanova (Teresa), Alejandro León (Alejandro). Producción: Andy Joke, Telecinco Cinema, Canal + (España, 2014). Duración: 90 minutos.
