Nos roban las palabras, las cambian, las transmutan, nos confunden.
Quizás sea el mayor de los hurtos de esta mierda de crisis: afecta a los que somos, a lo que sabemos, a lo que pensamos, a lo que queremos.
Les cambian el significado, las inflan de eufemismos, las trasladan de lugar y de sentido. Las que nos convencían desilusionan; las que nos estimulaban desalientan, las que nos animaban deprimen.
Las palabras con las que entendíamos la vida ahora la esconden.
Con violencia y alevosía nos han robado la verdad. Han borrado el camino por el que la buscábamos.
Nos roban la verdad aquí… y nos lo roban allá.
