El ex se hace post

 

François Hollande sustituye a Segolen Royal como candidato socialista a la presidencia de la República francesa. O sea, el ex se convierte en post y la ex en más ex. Por una parte, parece una metamorfosis de ida y vuelta con algunas dosis de hermafroditismo político; por otra, pura coherencia evolutiva. El derrotado vence y la vencedora pierde, pero eso sólo se puede aplicar en una parte del melodrama; en el otro, caben muchas más dudas, no se han medido los efectos.

Quizás sea ésta una reflexión banal que, por pretenciosamente ingeniosa, eluda el ejercicio cívico de las primarias, el respaldo popular de una participación respetable, el debate teórico tan francés y tan añorado en otros lares, la posible regeneración de un socialismo desnortado (en el norte, la verdad, parece ausente) e incluso la ilusión de lograr algunas migajas de la crisis,de la petulancia sarkosiniana, de la visión de Europa fraguada junto a Merkel… Sí, deben tener razón; pero sólo si no fuera verdad que, pese a todo ello, aquí no pasa nada. Y en Francia, tampoco. Aunque parezca que pasa.

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