
Hay quienes detestan los saberes, los afectos e incluso los compromisos “a primera vista”, frutos de un flechazo o alguna variante de saber astral.
Hay momentos en los que los recelosos de esa sabiduría emocional, congénita o revelada, más olfativa que táctil, se ven en la necesidad de reconocer sus profundos fracasos a la vista del deterioro de sus saberes, afectos y compromisos pacientemente procesados.
¿Entonces?
El señor CH odiaba la intuición y se confundía con la reflexión. ¿El solo?
