Hace unos días, “Colapso total”; esta mañana, “España, en terapia”. Se pueden encontrar comentarios elogiosos al nuevo rumbo de los titulares dominicales de El País con tipografía extra size. ¿Nuevo periodismo o viejo amarillismo? Colapso total o España, en terapia, así, sin más, aturden más que informan a un lector que hasta ahora parecía preferir el dato correcto al susto.
Si la terapia se imponía en la primera página del periódico, en la última aparecía una entrevista a Miguel Bosé en la que el cantante muestra la soberbia y el mal tono que de un tiempo a esta parte le arrastran. Así, se niega a responder todo lo que no sirva a la promoción de su libro. ¿Por qué el periódico acepta esa función comercial sin otra contrapartida que la de mostrar la cara desagradable de un tipo tantas veces seductor? ¿Se disculpa esto por lo otro?
Varios medios dan pábulo a un absurdo: el escritor que acababa de publicar un poemario a la vuelta de 35 años en coma, sin consciencia, aunque en ese tiempo muerto no solo se casó sino que pudo añadir dos hijas a la familia. Las portadas de muchos medios ponen en evidencia el rigor de la profesión.
Qué cosas… Qué medios… Qué oficiio…
