¿Qué debe hacer una persona decente cuando un tribunal la absuelve en el mismo auto en que condena, a tres años de prisión, a la asesora que trató de favorecerla?
¿Salir a los medios a proclamar su inocencia para rebatir lo obvio? Eso lo hizo su partido.
¿Acompañarla a la cárcel y quedarse con ella dentro? ¡Qué menos!
¿Cómo Cristina Cifuentes consintió que la delincuente Cecilia Rosado siguiera en su puesto y a sus órdenes tras conocer no solo el delito sino también la faena que le había originado a ella, la presidenta de la Comunidad? ¿Su pasividad no bastaba para acusarla?