Llegó el líder máximo, Mariano Rajoy, preguntó ante un público entusiasmado con su dirigente incorrupto: “¿A quién van a echar la culpa los dirigentes socialistas en la Comunidad Valenciana tras conocer los resultados del 22 de mayo? ¿Será Camps el culpable? ¿Cómo le van a echar la culpa a Camps después de lo que han dicho de él durante cuatro años? Si le han dicho eso y gana, no le pueden culpar. ¿Le echarán la culpa a los ciudadanos, que no saben votar?”.
La política, así entendida, da vergüenza y arrastra hacia la mierda a la justicia. Berlusconi no es más cínico.
