Confesión personal: Gonzalo Hidalgo Bayal

Encontré a Gonzalo Hidalgo Bayal, tal vez como otros muchos, a través de una crítica de Rafael Conte;  a mí me pareció desmesurada.

La última entrada, a día de hoy, del blog de GHB dice exactamente: «Ayer leí «uno de los mejores libros de los últimos años». Hoy, otro. ¡Qué sinvivir!».

Participo de esa reflexión. Y algo así pensé, hace ya siete años, al leer  la afirmación con que iniciaba Conte su análisis de Paradoja del interventor: «la mejor novela en español de los últimos diez años». Eso decía, más o menos, antes de entrar en materia. Una afirmación tan rotunda o solemne obliga a recelar, porque tanta contundencia sólo cabe cuando se trata de cuestiones personales. Me pareció más propia de un íntimo que de un crítico, pero sembró mis dudas. Busqué el libro, publicado en una editorial que desconocía y tardé en encontrarlo: en la Casa del Libro había un único ejemplar.

Desde entonces he seguido y leído a Gonzalo Hidalgo Bayal. He recuperado sus libros anteriores e incluso las reediciones. He tenido la oportunidad de escucharle y de hablarle. El paisanaje es una circunstancia que no define, aunque alegre. Y en cualquier caso disfruto doblemente siempre que regalo un libro suyo: porque estoy seguro del valor del objeto y del aprecio de la persona a la que se lo entrego.

He terminado de leer Conversación. Tal vez otro día lo comente. En este momento dejo constancia de lo que hoy se publica en Babelia. Por una parte, la entrevista que firma Winston Manrique Sabogal. Por otro, la crítica de J. Ernesto Ayala-Dip.

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