Estamos empeñados en un afán de trascendencia. De la anécdota se pasa la categoría y del entretenimiento a la bronca, del juego a la horca. Basta ver la discusión pública sobre Zorra, la canción con la que RTVE acudirá al Festival de Eurovisión. Una simple canción convertida en reivindicación feminista o en bochorno patrio, según se mire.
Me apunto a los comentarios de Sergio del Molino (El Benidorm intelectual) e Íñigo Domínguez (Qué ganas tengo de que acabe la guerra cultural).
¿Es todo para tanto? Si sirviera para debatir…, pero solo se emplea para descalificar. Y sin embargo… el debate es posible.