30 de abril
«A la caza de youtuberos y tuiteros». Así titula El País una información que resumen en su subtítulo: «TVE produce la primera webserie para intentar enganchar al público joven».
Surgen algunas preguntas de urgencia: ¿Puede ganar una carrera de velocidad un paquidermo? ¿Y el salto con pértiga? Otra cosa sería, tal vez, el lanzamiento de peso.
29 de abril
Una vez me dijeron que en Japón se requieren dos condiciones para formar parte de la elite económica: ser socio de un campo de golf (cuanto más caro, más alto en el escalafón) y tener una querida oficial. Lo primero, porque en los greenes se juntan los pares del negocio a la búsqueda de contactos y contratos. Y lo segundo, porque solo así se garantiza la confidencialidad en las cenas donde los pares celebran sus acuerdos.
Ahora, en China, las concubinas se han convertido en el símbolo de la opacidad y en el de la transparencia. Lo uno y su contrario. Lo primero, porque son ocultadas con todo tipo de medios. Y lo segundo, porque cuando ellas se sienten despechadas, sacan a la luz la auténtica inmoralidad de sus señores, altos cargos del régimen. Las gheisas siguen siendo necesarias.
28 de abril
“¿En serio crees que acercarse a las drogas en un país extranjero puede ser algo divertido?” La pregunta, tal cual, la formulaba un cartel expuesto en la comisaría a la que acudí para renovar el carné de identidad. Y la ilustraban una serie de personajes tópicos del hampa, que destilaban miedo y violencia, hacinados en un tugurio con camastro y barrotes; todos ellos, con rostros que remitían a lugares ajenos: latinoamericanos, magrebíes, algún asiático. Uno de los tipos centrales blandía una machete de considerables proporciones sobre el cuello de otro preso; los demás amenazaba, reían, saludaban a la cámara.
Este cartel deben verlo cada día muchas personas procedentes de los lugares representados. ¿Lo considerarán racismo? Pensé que sería razonable.
27 de abril
Aznar cobró sobresueldos del PP y no justificó su finiquito. Lo ha dicho un juez, que, para colmo, ha obligado al expresidente a pagar las costas por su demanda contra quienes le acusaron de haber hecho lo que ahora dice el juez. ¡Una conspiración! POr lo menos.
26 de abril
Se ha puesto de moda. A Thomas Piketty, autor de Le capital au XXIe siècle, aún antes de que haya aparecido la versión inglesa, se le cita por doquier por haber dicho cosas como que «el capitalismo produce mecánicamente desigualdades insostenibles y arbitrarias, poniendo radicalmente en cuestión los valores meritocráticos en que se basan las sociedades democráticas». Sólo las guerras y las políticas públicas generadas tras su destrucción, aliviaron las desigualdades en los países desarrollados. ¿Tendremos que añorar otra gran guerra?
Son las consecuencias de un capitalismo patrimonial «donde el crecimiento, la competencia y el progreso técnico no provocan espontáneamente la nivelación económica; donde el reparto de la riqueza está basado sobre todo en relaciones políticas de fuerza; y donde la herencia, soporte esencial del privilegio, no está lejos de alcanzar en nuestro tiempo la importancia que tuvo hace dos siglos». Lo dice Luis Fernández Galiano, tras leer a Piketty. Otro nuevo sabio… inútil para una sociedad que prefiere otras voces.
Hace algunos días el propio Piketty hablaba para El País. Decía: «Las tasas de crecimiento muy bajas, como las que registra ahora Europa, son una fuerza muy poderosa que propicia un aumento de la desigualdad porque ahí es fácil que el rendimiento del capital, de la riqueza, tienda a ser mayor que la del PIB. Pero una de las paradojas, especialmente en Europa, es que aunque la deuda pública es elevada, nunca ha habido una riqueza privada tan grande en el último siglo. En países como Francia, Reino Unido, España o Italia la riqueza neta del sector privado equivale a entre cinco y seis años de renta nacional, de PIB. Hay que remontarse a 1910 para encontrar datos similares.
P. ¿Qué medidas habría que adoptar para reducir esa desigualdad?
R. La forma más racional es apostar por la fiscalidad progresiva sobre las rentas y también sobre la riqueza neta de los individuos. De esa forma, redistribuyes de una forma más equilibrada las ganancias de la globalización y la solución ideal sería hacerlo a nivel global o con la mayor coordinación posible».
25 de abril
Cuarenta años después, ¿qué queda de aquel clavel?
23 de abril
El juicio del juez Silva, acusado de prevaricación, puede acabar con la credibilidad de todos los actores.
El tribunal ya está en el alero, bajo la advertencia de que su decisión puede ser nula al obligar al letrado del reo a ejercitar la defensa pese a su dimisión expresa, lo que puede suponer la indefensión del acusado.
El procesado, tras un largo prólogo por medios de comunicación del más diverso jaez, ha elevado la causa a la categoría de vodevil rumbo al esperpento.
Y los testigos, sobre todo el causante de todo lo demás, el que provocó la entrada en escena del susodicho Silva, buscando el melodrama, han conseguido indignar a las únicas víctimas reales de todo el proceso.
Cuando el amigo de pupitre de Aznar, Miguel Blesa, afirmó que la actuación de Silva le había ocasionado graves perjuicios en el ámbito personal y el familiar, al público preferente en la sala, víctimas del soberano fraude que el antedicho propició, debió liarse a garrotazos. Solo gritaron y los expulsaron a la calle, donde estaban, donde están y donde seguirán estando durante mucho tiempo porque les han robado y, luego, puesto a la intemperie.
Hay alegatos de tanta desvergüenza que producen escalofrío. Por indignos, por la falta de respeto a los inocentes, a las auténticas victimas.
Mientras tanto, cada uno que llega al proceso añade más mierda al lío. O eso parece.
22 de abril
Hay líos que ni dios resuelve. Es un avance que, a fin de cuentas, alivia a los humanos, porque hasta dios escribe con los renglones torcidos y a nadie se le escapa un borrón. La diferencia es que a él nadie le pide responsabilidades. Y a los homínidos puede que sí. O puede que no, señor Rajoy. Y aún peor, muchas veces, cuando puede que sí, sirve de poco.
No sé por qué me meto en este lío, con el riesgo antedicho, cuando de lo que se trata es lo siguiente:
Una mujer va a tener un hijo que no es suyo. O mejor, dos hijos. Hijos queridos, porque no se trata de un vientre de alquiler; no, ella quiso quedarse embarazada, acudió a técnicas de reproducción asistida, le insertaron en el útero un óvulo fecundado con doble éxito…, pero ahora resulta que le implantaron el óvulo equivocado.
Otra mujer no va a tener un hijo, ni dos, porque no está embarazada, pese a haber acudido a técnicas de reproducción asistida y a que su óvulo resultara felizmente fecundado, y por partida doble, pero no se lo insertaron porque le adjudicaron el suyo era otro óvulo cuya fecundación no prosperó.
La primera mujer lleva seis meses de embarazo de un hijo que no es suyo genéticamente. La segunda solo sabe que otra mujer va a parir el hijo que le correspondía.
Este mundo moderno se le acumulan los problemas. He aquí en un momento el caso de los niños robados…
El mito de que madre no hay más que una se sabe desde hace tiempo que es falso, pero un caso como este lo evidencia hasta el extremo. Si hubo un tiempo en el que se decía que solo la madre, al contrario que el padre, podía estar segura de que el hijo era suyo, ahora se pone de manifiesto que ya nadie puede estar seguro de nada. E incluso de arrastrar ese sinsaber, que no es exactamente ignorancia, por los siglos.
¡Madre mía…! ¿Y ahora? Un lío que las madres no van a resolver. Ni dios tampoco.
Por no hacerlo como dios manda, que podría decir Gallardón. ¿Tendrá algo que ver? Casi seguro: le gustaría ser Salomón.
21 de abril
«Una lección importante que se debería haber aprendido de la crisis económica mundial posterior al año 2008 es que los mercados no se autorregulan. Son propensos a la formación de burbujas de activos y de créditos, que inevitablemente colapsan –a menudo, cuando los flujos de capitales transfronterizos abruptamente revierten la dirección en la que fluyen– imponiendo costes sociales enormes. El enamoramiento estadounidense con la desregulación fue la causa de la crisis». Lo dice Joseph E. Stiglitz, pero ahí seguimos: desregulados y desregulando.
Pero nadie quiere batallar, por ejemplo, contra los paraísos fiscales. Lo plantea Sol Gallego Díaz.
Otra cita, ahora de Paul Krugman: «La sociedad dedica una parte cada vez mayor de sus recursos a financiar tejemanejes, para obtener poco o nada a cambio».
20 de abril
Europa para lo malo. Los gobiernos nacionales para lo bueno. Y cuando estos tampoco pueden sacar cabeza, se afanan en hundirla aún más. Con ese planteamiento acumulado, de muchos años, en los próximos días alguien querrá (o eso dirá) que los ciudadanos apenas se interesen por las elecciones que se acercan.
Sin Europa no se explica lo que ha pasado en España en los últimos (casi) 30 años. Lo de los últimos cinco o seis, tampoco. Pero ningún gobierno y ningún partido quiso que Europa fuera de otro modo. Les bastaba con que pusiera el dinero para para que ellos presumieran de lo que no les correspondía. Y dejaron hacer y dejaron de hacer lo que bien se sabía que era imprescindible.
Estuve en Maastricht en diciembre del 91. Allí se hablaba de lo aprobado y de lo que quedaba por delante. Luego. se afanaron en otros empeños para defender el corralito (lo llaman soberanía) y tener donde sentirse poderosos.
19 de abril
Escucho en A vivir que son dos días una entrevista de Lourdes Lancho a Miren Etxezarreta. ¿Se podría obtener de ella una vacuna con la que proteger a las jóvenes generaciones? ¿O un antibiótico contra el mal que ya afecta a la mayoría de los ciudadanos de estas sociedades que, sin ser libres, se dicen liberales? Aquí mismo se dispensa el remedio.
18 de abril
Anoche supe que había muerto García Márquez. No hay más.
17 de abril
Castilla la Mancha ha creado un centro de investigación y atención médica para el cuidado de costaleros y otros devotos que ponen en riesgo su salud por mor de sus creencias. Esa misma comunidad, quizás por las mismas creencias, ha cerrado centros de salud, retirado prestaciones sanitarias, exigido contraprestaciones por la atención farmacéutica a quienes sufren enfermedades por cuenta ajena o, al menos, no por decisión propia.
El arzobispo castrense viaja en helicóptero que paga Interior para ir de Ceuta a Melilla sin pisar suelo infiel. El obispo de Tuy y otros presbíteros de la diócesis cabalgan entre la corrupción directa y el encubrimiento con parroquianos que se lo llevan en crudo. La Legión sigue prestando múscolo y testosterona al Cristo que conmueve al rebaño eclesiástico. El Gobierno amplía en un año más el plazo para que la Iglesia siga poniendo a su nombre inmuebles que la pertenecen.
Así se entiende la semana santa. Pero no porque los malos le mataran, sino porque, de ser él como lo pintan y viendo lo que pasa, se querría morir.
16 de abril
Tomo nota del paisaje donde habito.
14 de abril
Tal día como hoy pasó lo que pasó. ¿Qué hubiéramos pensado de haber estado allí? ¿Y los meses siguientes, y los años siguientes, mientras duró? La brutalidad del final no merece el más leve paliativo.
13 de abril
Dice Paul Krugman: «Cada vez estoy más convencido de que nuestra incapacidad para hacer frente al elevado desempleo tiene mucho que ver con los intereses de clase». Y al final de su artículo, Oligarcas y dinero, en El País, añade: «¿Quién no preferiría algo de inflación y un pequeño desgaste de los activos al desempleo masivo? Bueno, ya saben ustedes quién: el 0,1% que recibe ‘solo’ el 4% de los salarios, pero que representa más del 20% de la riqueza total». Conclusión generalizable: «Lo que es bueno para los oligarcas no lo es para Estados Unidos». De ahí esas creencias generalizadas que determinan la política, aunque sean mentira.
Así un alto cargo español, que no se ha caído de un guindo sino que vive en el que le ha producido pingües beneficios, asegura que la baja inflación es buena. Exactamente lo que Krugman rebate en su artículo. El alto cargo queda así señalado: queda claro cuál es su bando: el guindo al que pertenece.
12 de abril
La gallarda (o gallardona) abolición de la justicia universal ha servido por el moment y de manera incuestionable, para poner de patitas en la calle a un par de bandas de narcotraficantes.
Quienes lo acordaron pueden darse por satisfechos. Pese a las presiones yanquis, al canguelo que otros sufrieron por las iniciativas de algún juez justiciero, a tantas extorsiones y tropelías, ningún otro gobierno se atrevió a parecer tan miserable.
Por eso merece la pena pensar que hubo un tiempo en el que convivimos con gente digna; y a la vista de lo que hay, ejemplar. A Armando López Salinas le recuerda hoy Carlos María Bru, con Billy el Niño en la penumbra. Mejor aún si le pusieran a la sombra, aunque sea en Buenos Aires.
Allí, pese a todo, pueden.
10 de abril
A algunos personajes con ambición de poder les delata su oficio.
Entre los empresarios, por ejemplo, cabe encontrar a alguno listo e incluso conozco a uno, ahora en quiebra, que quiso ser decente. Entre los políticos abundan los que no merecieron el graduado escolar. En lo más alto del escalafón, los dirigentes deportivos: o pertenecen a la estirpe de los tarugos, a la de los golfos o ambas a la vez.
No hay excepción, aunque lo del último caso conocido, el de Juan Soler, que intentó secuestrar a Vicente Soriano, ahora también expresidente del Valencia (con el abogado del cabecilla de la Gurtel en la trastienda), ha culminado un vodevil que aspiraba a thriller. Anoten en el reparto a los Gil, Del Nido, Ruiz Mateos, Lendoiro y a los comunes Núñez, Pérez, Iglesias, Martín, Paniagua y tantos otros.
No hay que engañarse. El listón será rebasado en breve.
(La ilustración es de Público).
9 de abril
Al día siguiente del debate en el Congreso sobre el derecho a decidir del pueblo catalán, tan mentados (el debate y el pueblo), el Barça se quita la senyera y el Atléti cubre todo un fondo con una macrobandera roja y gualda; ni que en un tiempo fuera el Atlético Aviación o ni que aspire a convertirse en el prototipo de la raza ibérica. Visto desde esta perspectiva, el resultado era lo de menos. Pero a la mayoría le pareció lo de más (con tilde).
8 de abril
Sigo, mientras el cuerpo aguanta, el debate parlamentario sobre la consulta catalana. Me empieza molestando la identificación de los principales intervinientes con un pueblo determinado, entre étnico y cultural, que rezuma lo peor del pensamiento romántico. Me sigue molestando la impostura del tono conciliador y hasta los gestos de afecto que preñludian golpes de todo tipo, altos y bajos. Me acaba de molestar el maremágnum de ideas, argucias, conceptos y populismos. Me molesta definitivamente la alusión a la patria y, el colmo, a Robinson Crusoe, porque el que la hizo no era Viernes. Y acabé molesto y desenchufado mientras todos estaban convencidos de que la razón política, la práctica y, repetido hasta la saciedad, la democrática estaban de su parte.
En definitiva, unos estaban convencidos de que los otros son los malos. Los otros, de que los malos son los unos. Y llegué a la conclusión de que los dos tenían razón. Y me dio asco.
En definitiva, unos estaban convencidos de que los otros son los malos. Los otros, de que los malos son los unos. Y llegué a la conclusión de que los dos tenían razón. Y me dio asco.
7 de abril
Los accidentes de tráfico se habían reducido tanto, dijo la directora general de tránsito; los datos eran tan positivos, que sólo podían ir a peor. La situación económica iba tan mal, tan horrorosamente mal, que sólo podían ir a mejor. ¡Sobran maquinistas para llevar el tren hasta el muro donde terminan las vías!
6 de abril
Once años del asesinato de José Couso. Se cumplirán el martes, pero lo hemos conmemorado hoy, domingo.
Tal vez en esta ocasión hayamos acudido más personas que otros años. Los números no sirven para medir la gravedad de las afrentas o la magnitud de los agravios, pero las medidas a favor de la impunidad de los asesinos añaden motivos y personas a la indignación. La concentración ha tenido artistas invitados –la habitual batucada más Vetusta Morla y Amaral–; sin embargo, el alegato de la dignidad en favor de la memoria y la justicia lo expresó Maribel Permuy, la madre de José: sin necesidad de artículos legales o eslóganes prefabricados ejerció con nitidez y claridad el derecho de una madre a reclamar justicia; una justicia fácil de cumplir, porque los asesinos tienen nombre. Y ante eso cualquier excusa a favor de la impunidad constituye una ignominia.
Imposible olvidar aquella mañana en la redacción de Telecinco. Imposible ignorar el derecho de los vivos a la memoria de sus muertos; memoria con justicia.
♥ ♥ ♥
¿Cómo decirlo?
Si a un periodista se le ocurriera preguntar a un líder político sobre el atractivo físico de las policías que le multaron en una calle céntrica, sería acusado a buen seguro de machista, en lugar de lo que resultaría mucho más adecuado: tonto del culo.
Porque, ad absurdum, cuando Mariló Montero, presentadora del programa matinal de TVE, preguntó a Esperanza Aguirre si los agentes que la sancionaron tenían un aspecto físico atractivo, no se la debió acusar de feminista.
– ¿Entonces?
– Lo otro.
♥ ♥ ♥
“La Masia no es toca” proclamaba una pancarta en las gradas del estadio, tras la advertencia de castigo al club que la sustenta por irregularidades en las contrataciones de menores. Las anomalías han sido reconocidas por el presidente de la entidad y muchos allegados. Pero la mayoría, proclive al victimismo de los discursos emocionales, a creer en manos negras que amenazan no ya a los intereses particulares (porque esa guerra se da por legítima) sino a las esencias identitarias, entre la rectitud y la corrupción elige la indecencia. Aunque sea en nombre de Unicef.
Pero esto es solo la metáfora de una realidad que nos ahoga. El fútbol es ejemplo. Y a veces, también, paradigma.
5 de abril
Alguna vez he contado cómo conocí a Manuel Rivas. Desde entonces me sedujeron sus relatos, sus cuentos, su manera de narrar aparentemente leve, irónica, mordaz, siempre aguda. No hace falta acudir a El lápiz del carpintero, a La lengua de las mariposas o a muchos de sus trabajos periodísticos. Basta la píldora sabatina en la última página de El País para pensar y gozar, manque les pese, contra quienes desean suprimir la voluntad de hacer el relato de nuestra propia esperanza o ni siquiera el de nuestra propia impotencia.
La de hoy es solo un ejemplo: Alas de pollo.
♣ ♣ ♣
Fue Louis Van Gaal, un entrenador capaz de articular pensamientos más complejos que los que, por su pobre castellano, le hicieron famoso, quien acuñó aquello de “negatifo, siempre negatifo”. Los gobiernos, uno detrás de otro, tienden a convencernos de la cazurrez del axioma vangaalista inculcándonos a tiempo y a destiempo la necesidad de su antítesis, “positifo, siempre positifo”, aunque caigan chuzos de punta.
José Luis Pardo argumenta contra la estupidez. Si no hay otra, ¿por qué no Pensamiento negativo?
A falta de un enlace disponible, reproducimos el texto aludido:
1 de abril
75 años de la victoria y nadie lo celebra. En el colegio sí lo hacíamos, aunque el aniversario no fuera tan redondo; en cambio, estaba mucho más cercano. No recuerdo cómo era el festejo, quizás tuviéramos que cantar con doblado entusiasmo aquellas canciones obligatorias que no entendíamos y que deletreábamos en formación, con la vista al frente, aunque no necesariamente cara al sol. Siempre era invierno. Sabíamos la fecha de memoria y el calendario la remarcaba. Me parece que no era fiesta, porque esa se dejaba para el 18 de julio, que tenía paga extra y todo, por lo que los padres se ponían con tal motivo doblemente muy contentos.
Hace unos días paseé por las calle y los parques de aquel tiempo. Los Pinos, los Jardines, con mayúscula, San Antón… Las plazoletas y paseos señalizados por bancos y parterres conservan las lindes de los juegos infantiles. También algunas fuentes, aunque la rana por cuya boca brotaba un agua inagotable ahora está seca. El recorrido por aquella geografía, sin embargo, me pareció un ejercicio de documentación más que un reencuentro emocional.
A fin de cuentas, allí está, por ejemplo, la cruz de los caídos, una referencia para los críos que se perdían distraídos por el juego. No sé si la siguen llamando así, pero permanece idéntica, granítica, horrenda. Sin coronas de laurel, como la guardaba mi memoria, pero con la inscripción en dos renglones que delata el origen y la podredumbre: “A los caídos por Dios / Es aña”. Le faltan letras y, sobre todo, sentido.
Ese mausoleo hoy proclama que, aunque el calendario no lo diga, aunque ya no nos obliguen a cantar en formación por la mañana, aunque nadie parezca celebrar esta jornada, hay quienes conservan esta fecha, 1 de abril, tal como entonces. Y da rabia.