El bujero de la muralla

La novela ya tiene título: El bujero de la muralla. Me pongo a ella.

Un diputado con aires de moderno y exquisito trato con los medios de comunicación se ve forzado a renunciar a todos sus cargos, entre los que se encuentra la primera Secretaría del Congreso de los Diputados, e incluso a la militancia en su partido, el Popular.

Él dice que el 29 de noviembre recibió un correo electrónico indicándole con todo detalle y precisión donde podría encontrar información relevante sobre los tejemanejes de Caja Navarra. Y él mismo añade que, al día siguiente, respondió al comunicante diciendo que esas no eran formas y que no frecuenta la ciudad donde debía recoger la misiva.

El 5 de diciembre el presidente de Caja Navarra recibe un correo electrónico en el que le amenazan con que o paga 25.000 euros y los deposita el día 7 en un lugar indicado con todo detalle y precisión o sacan a la luz información que pone de manifiesto sus tejemanejes en la entidad bancaria. El aludido, aunque de vacaciones en Canarias, se va a la Guardia Civil y presenta una denuncia.

Un cambio de opinión repentino, justificado por “la curiosidad” lleva al diputado con aires de moderno a desplazarse desde su residencia habitual a visitar el bujero de la muralla, mas, advirtiendo que enfrente hay una cámara, pasa de largo, para regresar, poco después, enfundado en una capucha y con una bufanda por escudo, a retirar el sobre. Lo detienen.

El Partido al que pertenece, acostumbrado a soportar a delincuentes en sus filas, siente un ataque repentino que lleva a su secretaria genera a decir cosas tan extrañas como que  es un “caso con mucha rareza” y que habrá que “ver hasta qué punto reviste también gravedad importante”. Y el mismo partido, capaz de inmortalizar los casos graves que le afectan por medio de idas y venidas de un juzgado a otro hasta que la prescripción o el aburrimiento abatan a jueces y ciudadanos, abre las puertas de par en par y, sin patada aparente en el trasero, deja a su exmilitante a la intemperie de diciembre. Insólito.

Desde antes de lo ocurrido se sabe que Caja Navarra se alió con Caja Sol, otra prenda, para crear Banca Cívica, antes de ser absorbida por Caixabank. Y que entre tanto trajín circularon valoraciones, justiprecios, cambalaches y otros actos incomprensibles para quienes apenas consiguen mantener en números negros su cuenta corriente. O sea, que, por eso, por su afán (sin calificativos) o porque le dio la gana, el diputado se convirtió en el azote de los dirigentes de Caja Navarra.

Unos dirigentes vinculados a partidos contrarios a los del diputado: el PSOE, en el caso del presidente de la caja, y UPN, que dirigió el rumbo a través del expresidente foral, Miguel Sanz, y del que se exilió el parlamentario ahora atosigado y acusado de chantaje.

Y hasta aquí hemos llegado, pero…

… El bujero de la muralla no es solo el hueco donde alguien depositó un sobre que otro alguien, este con nombre y apellido, Santiago Cervera, recogió. Sino también el resquicio a través del que la justicia, o el detective que habremos de crear para este caso, investigue al supuesto delincuente, sus intenciones y sus aficiones más íntimas, como su debilidad por el curioseo. Y además, el hueco por el que el periodista que todavía debe quedar en alguna redacción penetre en los intríngulis de Caja Navarra, por un lado, y en el pasotismo del Partido Popular, por otro; el que ha dejado a su joven promesa a punto de esmorrarse.

Si alguien tramó el marrón al diputado prometedor o definitivamente es un párvulo, habrá que verlo. Pero detrás de todo esto están la muralla y su bujero; ella refleja la realidad de los intereses económicos y políticos y él, nuestra expectativa (esperanza suena demasiado fuerte) para resolver el caso.

La investigación debe explicar:

Cómo un ser llamado a empresas mucho más altas pudo ser tan tonto.

Por qué las fechas no concuerdan. Si en vez de poner pegas, el diputado hubiera acudido al bujero no más recibida la primera comunicación o se habría ido de vacío o con el sobre, pero sin llamar la atención de nadie.

Cómo es posible que en plenas vacaciones el presidente de la Caja de Navarra tomara decisiones tan sabias, tratándose de una persona cuya altura intelectual parece sospechosa a la vista de su gestión en la entidad.

Qué razón lleva al Partido Popular al pánico barroco de Dolores de Cospedal a través del que explica lo ocurrido y qué lucidez le ataca para desentenderse del muerto y del diputado con aires de moderno. Qué pintan en el desbarajuste PSOE y UPN.

Se busca juez, policía, detective y periodista para llegar hasta el fondo del misterio, de la trama El bujero de la muralla.

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