¿Está obligado el PSOE a colaborar en la gobernabilidad? Podríamos concluir que sí, pero ni más ni menos que el resto de los partidos respaldados por la ciudadanía.
¿Está obligado el PSOE a abstenerse en el último minuto antes de que el país pueda verse abocado a unas terceras elecciones en un año? Podríamos concluir que no, como cualquier otro partido respaldado por una parte de la ciudadanía.
Muchas voces claman ante a ambas preguntas con un sí irrefutable, como decidido por los cielos, el destino o la pureza del sistema democrático y quienes o lo manejan o aspiran a manejarlo.
Ahormar una mayoría suficiente, primero, para formar gobierno y, luego, para gobernar, es responsabilidad del que pretende conseguirlo. Y él sabrá cómo actuar para alcanzar todo ello: seduciendo, pactando, cediendo, facilitando el compromiso con quien también habrá de ceder y explicárselo a su electorado para tratar de seguir seduciéndolo.
En ese sentido el PP tiene tanto derecho a buscar la vía negociadora con Ciudadanos, con el PSOE o con cualquier otro, sin excepción, porque todos cuentan con respaldo popular, mayor o menor. Con unos serán necesarias más sumas y con otros más tragaderas, pero así son las reglas.
Parece que con el PP y Ciudadanos tienen mayor afinidad ideológica y que el PSOE es el único capaz de garantizar la investidura y la gobernabilidad. Pero ni los unos ni los otros están obligados a nada. Existen otras alternativas: sumen y vean.
¿Por qué hay que dar por vedada la negociación del PP con los nacionalistas? ¿Porque van a reclamar el referéndum o la independencia? Pues que el PP lo acepte o que plantee alternativas: una reforma constitucional que permita la consulta o ampare una nueva articulación del Estado, nuevas medidas para reforzar la autonomía o…
Si lo anterior parece un disparate, ¿no lo es que el PSOE exija el fin de austeridad, el incremento del gasto social, una mayor apuesta por la educación y la sanidad pública, la abolición de la legislación laboral vigente, la reforma de la constitución para favorecer una nueva articulación del Estado, un cambio sustancial de las alianzas en la Unión Europea, la renuncia de Rajoy a presidir el gobierno o…? ¿Acaso a estos asuntos son menos trascendentes que las reivindicaciones nacionalistas y los pueden obviar quienes los defienden? ¿O se trata de que en estos ámbitos la prostitución ideológica es legalizable?
Pues, eso. Que el PP se aplique a su tarea. Él tiene la obligación de hacer posible la investidura y el gobierno. Los demás, el de no hacerla imposible. Y en cualquier caso ninguno de los posibles socios debería renunciar a defender sus criterios e incluso a buscar la censura al ejecutivo si no cumple sus compromisos o los contradice mediante las atribuciones que le conferiría el cargo.
Es decir, que cada uno está en su derecho a exigir ahora y en cualquier momento de la legislatura lo que se acuerde. Por tanto, que el PP renuncie a los apaños y entienda que su programa y, sobre todo, sus intenciones ya ha sido enmendados.
La estabilidad de este país la ha simbolizado don Tancredo, pero si se concibe como un valor no puede homologarse con un muerto. En los seres vivos la estabilidad se alcanza mediante la evolución y en movimiento (¡con minúscula, por dios!).