Exabruptos para estos tiempos

La mala conciencia de la Europa bárbara ha arrastrado su genuflexión ante el sionismo. A partir de este momento, quién es el genocida: ¿Adolf Hitler o Donald Trump, en este caso con la colaboración inestimable de Bibi Netanyahu? Quién la víctima: ¿el pueblo palestino ha heredado la condición del pueblo judío? ¿Una venganza contra inocentes?

La sociedad internacional, que fue generosa  tras el holocausto, por propia voluntad y mala conciencia, ha sido incapaz de reclamar, en contrapartida, el respeto que merece la comunidad asentada en la Franja.

Asistimos a una perversión de los valores que pone en riesgo no solo la cooperación sino, sobre todo, la convivencia en siglos futuros.

¡Qué mundo! ¡Qué tiempos! ¡Cuánta muerte! ¡Cuánto olvido!

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