
¿Qué es la crítica? ¿Cómo se debe ejercer en el ámbito de la literatura, del cine o el arte? Algunos la asemejan a una especie de reválida que los creadores sufren y los críticos gozan. Unos aprovechan el instante para exhibir su mejor juicio ante lo que detestan o para compartir el reconocimiento de lo que admiran. Es una crítica pulgar, que luce el dedo, abajo, arriba, antes de buscar argumentos y, a veces, sin ellos.
Hay otro modelo para ejercer la crítica, el de la mediación. Entre el objeto y el que acude a conocerlo, el crítico ofrece elementos que ayudan a comprender el contexto, aporta referencias que enmarcan al autor y la obra, informa sobre el proceso creativo, ayuda a una comprensión compleja, señala criterios para la valoración y estimula, al fin, a un disfrute racional, si es el caso, de la pieza literaria, cinematográfica o artística.
En el primer caso no hay dudas: el crítico se cree en lo cierto. En el segundo, admite dudas. Así entiendo, en este segundo tipo, la actitud de una catedrática argentina, Beatriz Sarlo, a la que un amplio sector de docentes y alumnos reconoce como profesora. Por ejemplo, ella dice: «Cuando escribo reseñas (y suelo escribirlas con culpable frecuencia), me persigue el miedo al anacronismo. Es decir, equivocarme porque no entiendo el libro que tengo por delante, ya porque pertenezca al pasado, ya porque anuncie el futuro y no estoy en condiciones de darme cuenta, ya porque apresuradamente se me ocurre convertir en tendencia algo que, en pocos años, ocupará un lugar en el desván de la moda. Temo pasar por alto lo que alguien más inteligente descubra como verdaderamente nuevo. La reseña es periodismo literario, puro presente de lectura y de escritura, una especie de hoja en la tormenta del mercado, de lo que se sabe o se ignora del autor, de lo que se intuye mal o bien. Escribir reseñas es una aventura que obliga a una tensión apasionada con el propio gusto, con el propio saber, con el impulso y el prejuicio. La reseña es tiempo presente». (Beatriz Sarlo. Leer en presente. Artículo publicado en Babelia. El País). “
Sí, eso es la crítica. ¡Qué difícil, qué importante!
Parece más fácil pontificar sin recato o arrojar un tuit. Sin embargo, también en 140 caracteres se puede emitir una reflexión inteligente. Por ejemplo, esta; “El kirchnerismo supo conformar una cultura política aberrante y anquilosada. El macrismo, por el momento, es directamente una lobotomía”. Este dardo también es Sarlo.
