El 12 en las librerías, el 16 en Casa América.
Esperanza es una mujer emocionante y el eje sobre el que se vertebra el libro que ahora publica RocaEditorial. Esperanza no cabe en un libro, porque las lágrimas y las risas solo las lloran y las ríen quienes sienten el sabor salado del llanto o el estruendo de la carcajada. A veces esos sentimientos se contagian, pero no se confunden, son otros, distintos. El cariño y la solidaridad no nos igualan a las víctimas; nos dignifican, sin hacernos acreedores al respeto que sólo ellas merecen.
Esperanza es una víctima. Una víctima descomunal por su desgracia y, sobre todo, por su rebeldía. Un monumento a la dignidad. Por eso, porque la conocí hace muchos años y la quise desde entonces, traté de escribir su memoria y transcribir su emoción; al menos, para acercar aquélla y ésta a quienes desearan conocerlas.
El texto no podía alcanzar en ningún caso la estatura moral de la auténtica Esperanza; por eso, le otorgué el valor de un pretexto: una excusa para convocar a los conocidos y a otros allegados y rendir homenaje a esta mujer admirable. Un libro nunca podrá promover la manifestación multitudinaria que Esperanza merece. Sin embargo, algunas presencias llenarán el espacio de muchos ausentes.
Siempre deseé que Baltasar Garzón estuviera en la presentación; para el homenaje resultaba imprescindible. Esperanza sabe y siente todo lo que el juez ha significado para ella y otros como ella. Luego quise que nos acompañara Iñaki Gabilondo, porque tambén es una referencia moral en una sociedad necesitada. Y que estuvieran sus familiares, sus amigos y los míos, y todos aquellos que, advertidos de la existencia de Esperanza, decidieran sumarse al acontecimiento y quienes, al cabo del tiempo, después de leer el libro, habrán añorado esa celebración.
Los que queráis estar el 16 de septiembre, a las 7,30 de la tarde, en la Casa de América, de Madrid, decidlo. En el acto participará también Olga Viza, la primera persona a la que regalé lo que sólo era un manuscrito, aunque impreso con el esmero que requería su ocasión.
Para ver la reseña de Esperanza en el catálogo de Rocaeditorial, pincha aquí.