Una presentación muy cálida

La sala de proyecciones de la Filmoteca de Castilla y León se llenó al completo. Otra vez el aforo resultó insuficiente para quienes quisieron ver Las Hurdes, tierra con alma. Cáceres, Plasencia, todos los pueblos  hurdanos y, ahora, Salamanca. Muchas personas se quedaron a las puertas del local una vez agotadas las entradas. El interés por Las Hurdes o por Buñuel, por lo que cada unode ellos significa ya sea separados o juntos, resultó evidente. En una ocasión más.

Captura de pantalla 2016-02-04 a las 16.25.15Presentaron el acto la directora de la Filmoteca, Maite Conesa, y el anterior director y crítico de cine, Juan Antonio Pérez Millán, de quienes Las Hurdes, tierra con alma recoge sus opiniones en torno al buñueliano Las Hurdes, tierra sin pan, a las que aquél hace continua referencia. También participó el delegado de Cultura de la Junta castellanoleonesa y el director del documental. Maite Conesa abundó en la trayectoria profesional del director y Juan Antonio lo hizo acerca de la obra cinematográfica que se presentaba. Jesús M. Santos agradeció la amistad de los intervinientes y la ayuda ofrecida por la Filmoteca.

Captura de pantalla 2016-02-04 a las 16.24.01Tras la proyección se ofrecieron varios testimonios grabados de los protagonistas, Adriana Ugarte y Jimmy Barnatán, en torno a su trabajo en el documental, un making of del rodaje y, por último, una serie de imágenes aéreas de los escenarios de Las Hurdes y Las Batuecas.

Para terminar, un coloquio, que hubo que acortar por lo avanzado de la hora, en el que se plantearon asuntos relacionados con la elaboración del documental, los propósitos de Buñuel o los símbolos de Las Hurdes. Lo cerró una joven hurdana que mostró su emoción y su satisfacción por lo que el documental reflejaba y evocaba. Broche final a una proyección seguida con interés, con sonrisas y sentimientos diversos.

En la fría Salamanca, una presentación muy cálida.

Captura de pantalla 2016-02-04 a las 16.24.49

Queda el compromiso de repetirla para todos los que no pudieron acceder a la sala de proyecciones de la Filmoteca salmantina. En breve.

 

Artículo anteriorAsuntos privados con criterios públicos
Artículo siguienteEntre la precipitación y el precipicio