Las Hurdes muestran su auténtico valor y su principal atractivo en La Leyenda que a lo largo de los siglos ellas mismas han generado. La Leyenda de Las Hurdes es el resultado de su propia geografía y de su historia, pero también del imaginario que han generado sus habitantes. Ellos hicieron de la tierra su hija (Unamuno dixit) en un entorno casi siempre adverso por su propia orografía y por el abandono institucional. A partir de ahí se proyectó una imagen exterior basada en las experiencias de sus moradores y, también, de manera especial, en la amplificación de quienes las han recorrido: escritores, intelectuales, fotógrafos, cineastas, artistas, investigadores, etc.
Por todo ello y todos ellos a Las Hurdes se las reconoce como un territorio de Leyenda. Y de ahí que su principal seña de identidad y su mayor valor se encuentren en el imaginario generado en torno a ellas.
Desde esa perspectiva global sobre Las Hurdes merecen la máxima atención algunos aspectos singulares; por ejemplo, los relatos que, transmitidos a lo largo del tiempo, han señalado aspectos de la vida en la comarca mediante la mezcla de hechos vividos y de las fantasías de los pobladores. En ese sentido Las Hurdes han preservado un cúmulo de imágenes y relatos que aportan singularidad y valor desde un punto de vista antropológico. Esas narraciones y esos personajes, basados en experiencias revestidas de imaginación e incluso de fantasía, se han transformado en leyendas.
Sin embargo, junto a esas narraciones con indudable valor antropológico se han camuflado relatos más próximos a la superstición que al mito y, en cualquier caso, ajenos a una construcción simbólica; por tanto, sin base racional.
La Leyenda y las leyendas forman parte de la identidad y la tradición de Las Hurdes. Los otros cuentos pertenecen al ámbito del esoterismo y solo aportan valor, económico en muchos casos, a quienes los difunden, aunque a cambio de denigrar la imagen de la comarca y de sus habitantes.
Medios de comunicación y sectores con intereses económicos, no culturales, destacan el atractivo de esos otros relatos. En la sociedad actual el misterio vende, aunque sea a costa del desprestigio de los territorios afectados y, aún más, de sus habitantes. El esoterismo, si no denigra, acumula efectos negativos.
¿Cómo distinguir las voces de los ecos? Distinguiendo:
Las leyendas:
- Son relatos o narrativas transmitidos a lo largo del tiempo en los que a menudo se mezclan elementos reales con otros fantásticos.
- Están arraigadas en la cultura y en la tradición de un grupo social concreto.
- Ofrecen explicaciones mitológicas de fenómenos naturales mediante fábulas de personajes o eventos históricos transformados por la imaginación popular.
- Tienden a ser compartidas en comunidades y, a menudo, tienen un propósito cultural, moral o educativo.
Los relatos esotéricos
- Se refieren a conocimientos, prácticas o enseñanzas consideradas secretas, ocultas o reservadas a un grupo selecto de personas.
- Incluyen una amplia variedad de disciplinas y creencias, como la alquimia, la astrología, la magia, la numerología.
- Se justifican por la presunta búsqueda de un conocimiento más profundo y trascendental de la existencia y del significado de la vida.
- Se basan en fenómenos paranormales o, simplemente, en bulos o invenciones sin constatación ni empírica ni analógica posible.
En resumen, las leyendas y el esoterismo son conceptos bien diferentes, aunque a veces compartan algunos elementos.
Las leyendas ofrecen relatos con una base cultural o histórica, mientras que el esoterismo se relaciona con prácticas ocultas ajenas no solo a la ciencia sino también a la experiencia verificable.
Volviendo al origen de esta reflexión, Las Hurdes son un territorio de Leyenda y de leyendas, en el que ese espacio alcanza un valor simbólico extraordinario que no solo acoge experiencias y valores naturales y culturales, sino que los proyecta al exterior para resaltar su singularidad.