Los medios de comunicación insisten en transformar el espectáculo de la política en el eje del debate público y, en consecuencia, transforman el eje de la reflexión y la participación ciudadana en un trampantojo o sucedáneo con apariencia de legitimidad democrática.
Por eso conviene demorarse en algunas aproximaciones a las cuestiones determinantes o centrales del debate, la que obligan a repensar las cuestiones de fondo que distorsionan la intervención ciudadana. Algo esas cuestiones me sugiere una parte del artículo que, bajo el título El desencanto de la Izquiera, Azahara Palomeque suscribe en El País. Esto escribe en el segundo párrafo de su artículo:
«La izquierda, por definición, opera en un marco impropio, el neoliberalismo, desde el cual sus propuestas contradicen la mera lógica del sistema. Así, la justicia fiscal, las subidas salariales a las masas, la ecología o la protección del Estado de bienestar (sanidad, educación) se articulan como una lucha contra gigantes desalmados que son quienes realmente dirigen la desigualdad imperante y persiguen perpetuarla. Como decía Gilles Deleuze, la corporación es un espíritu, y en la sociedad de control se torna imposible ya no solo eliminarla, sino verle el rostro. En este contexto, implementar mejoras sociales adopta las dimensiones de una tarea hercúlea, puesto que hasta las herramientas más básicas —el discurso— deben ser deglutidas por los mandamientos del mercado: marketing, comunicación algorítmica y, ahora, también, los retos que plantea una inteligencia artificial que enturbiará aún más el enmarañado batiburrillo de palabra e imagen, dentro del que distinguir la verdad de la mentira será prácticamente irrealizable. Un clima de este calibre favorece la desconfianza ubicua en una ciudadanía que ha comprobado la merma de sus derechos y poder adquisitivo desde, al menos, el austericidio de la crisis de 2008. La desconfianza, como ingrediente principal del abismo, solo puede ser combatida con una transfusión ingente de confianza, y es aquí donde la honestidad cuenta más que nunca, aunque quien la ejerza precise nadar a contracorriente».
Algo parecido se percibe en el debate que, moderado por Àngels Barceló, mantienen José María Lasalle, Gonzalo Velasco y Cristina Monje en la sección denominada El abierto, dentro del programa Hoy por hoy (ver del minuto 36’46» al 50’48). En su análisis se esbozan las contradicciones de las sociedad actual desde una perspectiva internacional. Catorce minutos «raros» en los medios de comunicación que consumimos. Catorce minutos. No más, para no desmentir la realidad.