Peor para todos

No se trata de criminalizar a nadie ni de reducir el enojo ciudadano a una única simpleza, pero el clima de polarización que se ha impuesto en los últimos años en la sociedad española (y en otras muchas) ha impulsado y dirigido el encono extremo que nos ha sacudido tras la catástrofe del temporal que ha asolado a varios municipios de la Comunidad Valenciana.

La gravedad del problema no se puede zanjar sin esfuerzo y sin contradicciones, pero tampoco se pueden eludir que la irritación estaba abonada de antemano. Dada la magnitud de los efectos de la Dana, razonar hubiera sido, en esta y en cualquier circunstancia, muy difícil. Pero exacerbar ese clima, antes que alentar cualquier efecto que pudiera considerarse benéfico, solo contribuirá a incrementar la tensión del conjunto de la sociedad y el desprecio de las instituciones del Estado. Y lo peor: en ese contexto las intenciones de buena voluntad solo pueden deprimir la convivencia. Y en esa tesitura, peor para todos.

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