Dos semanas en Lima dan para una misa, sin querer, y para otras cosas. Aquí no se habla de los motivos del viaje sino de sus circunstancias o de su periferia.

Dos semanas en Lima dan para una misa, sin querer, y para otras cosas. Aquí no se habla de los motivos del viaje sino de sus circunstancias o de su periferia.