Menos argumentos, más trivialización. Menos discurso, más frases chispeantes. Más polémica, menos reflexión. Así en este tiempo como en los venideros. Menos pensamiento, más eruditos para ornar la banalidad.

Menos argumentos, más trivialización. Menos discurso, más frases chispeantes. Más polémica, menos reflexión. Así en este tiempo como en los venideros. Menos pensamiento, más eruditos para ornar la banalidad.