En una tarde de verano y mosquitos nos dio por debatir sobre la influencia de la recreación cultural sobre algunos territorios, a los que su imaginario ha convertido en lugares simbólicos con valor universal. Hay muchos, aunque tal vez el más significativo sea La Mancha, un lugar inexplicable sin la sombra Cervantes, El Quijote o Sancho Panza.
En aquella tarde estival estábamos en Las Hurdes y de ahí partíamos. No se puede negar la realidad original de la naturaleza, ahora transformada respecto a cómo fue en años y siglos anteriores, por la intervención humana, la de sus moradores. Tampoco se puede negar, pues, el rastro indeleble de los habitantes de esa comarca y de su esfuerzo contra la adversidad de la tierra, la lejanía o el abandono que padecieron desde las administraciones públicas.
Bastaban esos elementos para que aquel espacio adquiriera la condición de un lugar capaz de explicar lo más hondo del ser humano y de su experiencia. Las Hurdes son un territorio cuajado de significaciones que interpela a quien las recorre con interrogantes, sorpresas y emociones íntimas. Muchas veces inquietan, otras consuelan. Son humanas.
Para llegar a esas conclusiones, no exclusivas de esa comarca, Las Hurdes contó con mediadores que trasladaron lejos de sus propios parajes la descripción, la reflexión, los sentimientos que les provocaron la tierra, las gentes, la vida. Y gracias a ellos, la comarca adquirió una significación más allá de lo visible.
Esa tierra está enclavada en un lugar geográfico determinado, poblada por moradores dignos de una consideración atenta y merecedores de un profundo respeto: su relación con la naturaleza, tan hostil al menos como hermosa, se basa en la reciedumbre, el rigor y el afecto. Sin embargo, Las Hurdes han merecido diversas narraciones, en palabras e imágenes, que han elevado su singularidad a la categoría de un símbolo; incluso un mito.
Las Hurdes son un acontecimiento cultural más allá de la geografía escueta o de los sucesivos episodios de su historia. Ahí radica su valor universal.
Y aquel día, con esta calentura, decidimos que nos gustaría reflexionar sobre todo ello con un medio adecuado. Como tras aquellas reflexiones, aparecía siempre la sombra de Luis Buñuel, pensamos en un documental.
Y en eso estamos. A punto de iniciarlo.